El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen.

"La duración de un minuto depende del lado de la puerta del baño en que te encuentres."


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«Coleguis».

          La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando dos sujetos se relacionan entre sí y encuentran en sus seres algo en común. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. Las buenas amistades generalmente duran toda la vida. Necesito de alguien que me mire a los ojos cuándo hablo. Que escuche mis tristezas y desiertos con paciencia y aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos. Necesito de alguien que venga a luchar a mi lado sin ser llamado. Alguien lo suficientemente amigo cómo para decirme las verdades que no quiero oír, aún sabiendo que puedo irritarme. Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: La Amistad.

     Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades; él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento; él es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Cuando os alejéis de vuestro amigo no sintáis dolor. Porque lo que más amáis en él quizás esté más claro en su ausencia. Uno puede perder todas sus posesiones materiales, pero mientras tenga un amigo tiene mucho por qué vivir. Un amigo no es sólo un compañero de fiesta, un amigo es un hermano de padres distintos al cual nosotros adoptamos. Es esa persona que dentro de un momento de oscuridad donde suponemos que no hay salida, nos enciende una luz. Es aquel con el que hablamos sobre las cosas malas y tras ello dejan de serlo, las angustias pasan a ser alegrías, y la tristeza, felicidad. Porque saber que hay una persona para ti, que no hace de psicólogo, sólo de oyente, ayuda a calmar las penas. Es el que te entiende sin palabras, que te habla con miradas, que te aconseja pero no te obliga, si no que te da su punto de vista para que por lo menos puedas sacar las cosas que te sirven. El que quiere lo mejor para ti. El que hace que una simple idea se transforme en un proyecto, y que ese proyecto pase a ser una empresa. Te acepta tus errores y equivocaciones por más que te haya aconsejado lo contrario, y encima no te lo reprocha. Es el de las charlas sin fin y silencios inexistentes. Son a los que queremos que en un futuro nuestros hijos llamen tíos. Cuando te sientes agobiado por una complicación, él aparece para funcionar como bastón para que el peso sea menor. Cuando estás mal es tu columna. Y cuando estás bien, es ese ser que te muestra que vales, que eres alguien, que eres necesario, que haces falta. Ese ser con el que no importa llevar tiempo sin hablar, bastan unas palabras para hacerte sentir que la última vez que te lo encontraste fue ayer. También el que deposita tanta confianza en ti como para regalarte parte de él, para contarte cosas que ni con su familia habla y que te busca como apoyo cuando lo necesita, sin titubear. La amistad no es una cosa, como aparece reflejado en definiciones de diccionarios y enciclopedias, no es un sustantivo, es un sentimiento. Sentimiento acompañado de confianza. Confianza acompañada de cariño. Cariño que nos hace elegirlos testigos de nuestra boda, padrinos de nuestros hijos, compañeros de llantos. Todo esto es un viaje de ida y vuelta sin final, pero con un principio. Principio que nosotros y sólo nosotros elegimos.